Publicado: 29 de Mayo de 2018
En OPTOTEKA, como profesionales sanitarios de la visión, estamos muy concienciados con la detección y prevención de las anomalías que deterioren la salud visual de nuestros pacientes, y una de las enfermedades más graves es el glaucoma.
Esta enfermedad, que en un principio es totalmente asintomática, va dañando el nervio óptico y puede llegar a producir ceguera si no se trata a tiempo. Para prevenirla y hacer un seguimiento de su evolución, se recomienda medir anualmente la tensión ocular.
Es importante señalar que no todos los casos de tensión ocular alta padecen glaucoma, ni todos los tipos de glaucoma cursan con tensión ocular alta, pero el tenerla elevada puede terminar generando esta enfermedad.
La tensión ocular o presión intraocular, es la presión que ejercen los líquidos del interior del globo ocular (humor vítreo y humor acuoso) sobre las estructuras del mismo. Puede verse alterada por un desequilibrio entre la producción y la eliminación del humor acuoso, líquido encargado de nutrir y oxigenar el cristalino y la córnea o por un problema de drenaje. Este desequilibrio puede producir que el nervio óptico quede presionado y con el tiempo se dañe de forma irreversible produciendo pérdida de visión y pérdida de campo visual. Los valores normales se encuentran entre 10 y 20 mm de Hg, considerándose alta a partir de 21 mm de Hg, también hay que tener en cuenta que oscila a lo largo del día, siendo mayor por la mañana, por lo que se estudiará su variación realizando varias medidas a diferentes horas y diferentes días.
Algunos de los factores de riesgo son:
-Predisposición genética.
-Edad, a partir de los 40 años se aconseja una revisión anual de la tensión ocular.
-Diabetes Mellitus.
-Miopías elevadas.
-Haber padecido traumatismos en los ojos.
Consúltanos si cumples alguno de estos factores de riesgo y te seguiremos informando.
Optoteka
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